miércoles, 11 de enero de 2017

Manzanillo: el puerto de los recuerdos del olvido


Cuando se habla de la ciudad de Manzanillo, Colima, hay divisiones: o la aman o la odian. Puedo entenderlo. Por un lado, no tiene las mejores playas, ni la mejor vida nocturna y quizá tampoco la mejor gastronomía. Por otro lado tiene un encanto especial que yo lo encuentro en su manera ilógica de construcción, en la decadencia arquitectónica de su centro histórico y en la tranquilidad de sus playas. 


El clima es como el de cualquier costa ubicada cercana a los trópicos: altas temperaturas y humedad, sudor y sol, mucho sol. Manzanillo cuenta con una variedad de playas: la solitaria y algo salvaje las Brisas, la turística y atractiva Miramar, la familiar e infantil la Boquita, la ideal para deportes acuáticos la Audiencia, la exclusiva e imponente las Hadas, entre otras que no tengo el gusto de conocer. Otro punto que me llama la atención: el camino a las hadas, con construcciones arquitectónicas que recuerdan al mediterráneo y al mundo árabe: fachadas blancas, con rojos cobrizos y buganvilias en explosión purpura. Además de repente uno puede encontrarse con edificios viejos o parcialmente destruidos que son testigos de los terremotos que han sacudido esas tierras. El centro es cosa aparte; parece como si el tiempo se hubiera detenido, como una estampa de La Habana, como si estuviera a punto de desbaratarse y como si los cerros se quisieran comer a la pequeña concentración urbana. Y ahí está el muelle, silencioso y solitario, donde se juntan personas a ver el atardecer, conversar o pescar pequeños peces. De fondo: los barcos que incesantemente vienen y van, que retumban con sus chicharras y que se convierten en bonitas postales de recuerdo. No por nada es el puerto más importante de México.




A mitad de camino a la zona hotelera una laguna, en medio de la ciudad, con garzas blancas y algunos mangles. Por aquí y por allá arbolitos tóxicos de donde viene su nombre: manzanillos. La vegetación de los cerros que se encuentran alrededor es algo exuberante, seca en ciertas épocas del año, verde en otras, dando la sensación de que la vegetación nunca dejó del todo que la ciudad se apoderara del terreno. Al llegar me siento fascinado por el calorcito que me ruboriza y por la sensación de tener el mar cerca, ese olor a sal y el cielo como un lienzo azul salpicado de nubes, a lo lejos, un barco sonando. Es común encontrar cocos (fríos y no) a la mitad del camino, o comprar un saquito de la mejor sal de mar de México en Tecomán o Cuyutlán, dejarse llevar por las pequeñas calles del centro hasta encontrar un bar decadente o comerse un mango en palito con mucho chile en polvo y limón. Manzanillo no es ni será el gran destino turístico costero de México, pero siempre tendrá un lugar muy especial en mi corazón al que siempre volveré...



lunes, 2 de junio de 2014

Happiness is not something ready made. It comes from your own actions.

Recientemente adquirí un librito a 20 pesos. El titulo es: Brevario para todos los días del año: un arte de ser feliz. El autor Noel Claraso. Nunca me ha gustado la ayuda personal y todos esos rollos buena onda pero ultimamente como que soy más abierto. Y además, este libro lo he encontrado bastante acertado. 




Consejos para tratar de ser feliz, que en realidad eso es más una decisión que un sentimiento fugaz. Algunos filósofos describen la felicidad en términos de vivir una buena vida, floreciente, más que una simple emoción. No deja de ser un término borroso y que puede tener múltiples significados. Un estudio realizado determinó que 50% del nivel de felicidad en un ser humano está determinado geneticamente, 10% es afectado por las circunstancias de la vida, y el 40% restante tiene que ver con el control de uno mismo. 

Sin duda la felicidad trae beneficios, a la salud física y mental. Incluso se ha reportado que puede incrementar la longevidad hasta por 10 años más. Y no es cuestión de euforía, sino de alcanzar una felicidad serena y tranquila.

Sin más rollo, ocasionalmente publicaré cada uno de los 365 "consejos" para ser feliz. Al azar.


No. 193

El difícil arte de ver las cosas desde el punto de vista ajeno. Situarse en el lugar del otro es secreto de toda buena relación con el prójimo. Antes de juzgar la conducta del prójimo piensa: "el no podía obrar de otra manera". Y situado en este terreno busca las razones que le han impedido obrar de otro modo. Los otros tienen sus razones y nosotros las nuestras. Eso es todo. El hecho de que otro no piense como tú no quiere decir que sea necesariamente tonto: quiere decir que sus razones son otras.

miércoles, 28 de mayo de 2014

¿Por qué Vainica Doble es el tesoro más valioso y mejor escondido de la música española?



Es difícil hablar de Vainica Doble, al menos para mí, porque ello implica mucha responsabilidad por lo que significan para mí y para muchas personas. 



¿Quiénes fueron? Dos mujeres que cansadas y avergonzadas de la música que se hacía en España en los setentas, deciden juntarse a hacerlo de una manera original y digna. ¿El resultado? Una colección mágica de historias y poemas musicalizados adelantados a su tiempo, tanto líricamente como musicalmente. Siempre bajo la bandera pop, se adentran y acercan al jazz, experimental, psicodelia, música clásica y rock. Juegan con palabras, instrumentos, y mezclan sus voces. Carmen Santoja y Gloria Van Aerssen, salidas del baúl de los recuerdos, tocando una guitarra en el bosque, huyendo de los museos hacia lo mesones, enamorándose una y otra vez y dejando claro sus ideales y percepciones. 

Su temática abarca desde problemática ambiental (Agáchate que te pierdes, Coto de Doñana), historias sobre marginados y oprimidos (Darío el gigante, Mariluz, Alas de Algodón), amor y desamor (Habanera del primer amor, Roberto Querido, Coplas del Iconoclasta Enamorado), pasando por magia y realismo mágico (El Duende, La Bruja), dramas y tragedias (Fulgencio Pimentel, La Mona Coqueta, La Ballena Azul, La Funcionaria) hasta poemas (Tigre del Guadarrama, La Cocinita Mágica). Inspiración infinita actual y pasada para muchos músicos de pop independiente post-movida (La Buena Vida, Le Mans, Family, Pauline en la Playa, etc.) 


En cuanto a su discografía (8 álbumes, algunos EPs y recopilatorios) se deslizaron y evitaron caer en las garras de la industria discográfica. Comienzan con un disco epónimo, en 1971, con canciones deliciosas y algo lo-fi repleto de fabulas y magia. Luego viene Heliotropo (1973) en donde se estilizan musicalmente y hablan sobre la transformación negativa psicológica de un amigo (Réquiem por un amigo), las desgracias de estar atrapados en el establishment (Ay Quién Fuera a Hawái) y maquinas que se hacen el amor y acaban como chatarra (La Máquina Infernal). En 1976 llegan con Contracorriente, el disco más ambiental que tienen, donde la naturaleza es el escenario en donde la urbanización rompe relaciones, los niños hacen rabietas porque sus padres los obligan a comer verduras, y en donde se preguntan qué sucedería si las alas de todos los ángeles se pusieran en movimiento...


El Eslabón Perdido aparece en 1980, la portada diseñada por Iván Zulueta, donde vuelven con historias trágicas, niñas precoces y cocinas mágicas. En 1981 publican lo que para mí es su álbum mejor logrado y más profundo: El Tigre de Guadarrama, desgarrador y misterioso por partes iguales, sax, bajo, guitarras y teclados que acompañan canciones sobre homofobia, cartas de amor, un suicidio en el bosque con Chopin de fondo, y personas que no respetan al familiar muerto y sólo buscan su herencia. Cosas de la vida común pues.


En 1984 Taquicardia viene con múltiples instrumentos y algo de jazz, ¿cómo sería una canción de una madre hacia su hijo que es producto de la inseminación artificial? ¿Qué pasa cuando la maestra siente una atracción por su alumno adolescente que tiembla al verla? Y con frases memorables como: doctor, hágame un electrocardiograma porque tengo delicado el corazón o es tu mirada una intrusión a mis privadas vías de comunicación. Otra obra maestra. ¿Es todo? No. Pero duermen en las nubes un tiempo y en 1997 sale a la luz Carbono 14, un resbalón curioso donde no se expresaron como ellas solían hacerlo (ellas mismas lo dijeron) y tuvieron colaboraciones de otros como Miguel Bosé o Alejandro Sanz. No hablaré de este disco pues nunca lo escuché.

Y en el 2000 llega la despedida editada por Elefant Records, un adiós que nos deja queriendo más, que nos deja rezando para que Carmen descanse en paz y sea nuestro ángel de la guarda, para que Gloria publique alguna canción nueva y que nos deja impresionados una vez más por su capacidad lírica y musical. Reciben la colaboración de músicos y artistas familiares (En Familia se titula precisamente el álbum). Y qué mejor despedida que una portada diseñada por el mítico Javier Aramburu. En este último disco nos dejan claro su postura y sentimientos una vez más. Vegetarianas sin ningún conocimiento de botánica elemental, el rey de la selva que se aferra a no dejar su reino y que está próximo a morir, la sensación de ver chiribitas de limón al ver al ser amado, la pesadez de estar en un museo interminable y el deseo de escapar a tomar un tinto con una tapa de jamón y el deseo de olvidar el nombre de la persona que nos decepcionó amorosamente, ah y también su apellido. Punto y final. 

 ¿Homenajes? Algunos, pero no dignos de la calidad y música que nos heredaron. Algunos covers que valen la pena. Estoy agradecido eternamente al destino por encontrármelas alguna vez en la red, al principio ni las quise volver a escuchar, cosa que seguramente les puede suceder a muchos. ¿Quiénes son estas señoras cantando sobre bosques, monas coquetas y elegías al jardín de la abuela? ¿Es música que valga la pena?... 
Y después de un tiempo, en mi mente se abrió un hoyito por la que entró su magia y mermelada, y desde entonces me acompañan cuando río, lloro, recuerdo, huelo, como, me enamoro y me despido. 


Irónicas, crueles, realistas, escapistas, enamoradas, independientes, marginadas, satíricas, idealistas, poéticas. ¿Acaso hay algún artista español más increíble que ellas? Lo dudo.

Gracias por todo, por recordar que un metro cuadrado es suficiente, sí se tiene una guitarra, un libro viejo y se está a la sombra de un manzano.