domingo, 21 de septiembre de 2008

Aquellos pollos

Un recuerdo intenso de la infancia: a la salida de la escuela se escondía una caja de cartón misteriosa junto a un hombre, dentro los colores hacían pío pío y una extraña sensación mezcla de fantasía y emoción me movía. Mami, mami, cómprame uno – ay hijo para qué lo quieres – ándale que te cuesta – bueno pero lo vas a cuidar. Verde, rojo, azul, morado, amarillo, rosa… Que sí se mueren por el colorante, que sí se ven curiosos, que sí es una crueldad, que sí costaban 10 pesos menos o más… Al final de cuentas pudieran haber acompañado a los conejos azules en Barbarella.

No hay comentarios: