
Es asombrosa la manera tan variada que tenían para abordar experiencias dentro de sus canciones. Basta con escucharlas con tranquilidad y poner atención. Para muestra algunos ejemplos de sus canciones y un video...
"Alas de algodón", la trágica historia de Juan, niño que tenía de única compañía a la imaginación: Dueño y señor, contemplandóse a sí mismo, disfrazado de angelito, alas de algodón...
"Un siseñor con las patas verdes", una declaración de amor escondido a la que alguien con imaginación no se podría resistir: Quisiera ser leucocito para navegar por tus venas y naufragar en las playas de tu corazón de arena...
"La ballena azul", refleja todo el terror de la soledad a través de parajes marítimos, cetáceos y sangre: La ballena azul está triste y sola, perezosa y tonta, se mece en las olas...
"El duelo", tremenda visión de una disputa por herencia y de la falta de respeto por los difuntos: Riñen por malas pinturas, cuadros de dudosa procedencia, y tiran a la basura sus juguetes de hojalata...
"Roberto querido", con ritmo está canción es un adios (fin del amor) hacia un conocedor del arte; elegante y aburrido: lo agobiante de ese tipo de personas: Desprecio tus vinos rosados del Rin, tus jarrones chinos de la mejor época Ming; tengo que dejarte, piensa que me he muerto y ahí quedas Roberto, con tus obras de arte...
Y por último "El museo" (la del video), gracias a está canción le he tomado maña a los museos, pensando en todas las verdades de las que hablan: No quiero ir a otro museo que me entran ganas de tirarlo todo por el suelo; me quiero ir a un mesón, pedir un tinto y una de jamón...
¿Poesía? ¿Cuentos cortos? Ambos y con música, una experiencia única. ¡Vivan Vainica Doble!
No hay comentarios:
Publicar un comentario