Mucho se ha escrito de la voluntad, yo una vez la comparé con un dique: las estructuras artificiales que son construidas de cierta manera para prevenir la fuerza del embate de las olas (o algún cuerpo de agua). Y las olas como representantes de los deseos, vicios, bajezas, costumbres, hábitos... No voy a entrar en filosofías pues el tema de la voluntad ha sido y seguirá siendo una de las cuestiones más complejas en el ser humano.
¿Acaso es tan difícil de contener? El confrontarse con uno mismo, luchar contra la marea, ir contra corriente; mejor que cualquiera de los propositos de año nuevo de siempre (chichis nuevas, mejorar el muslamen, comprarse un carrito, ganar más y más)... Claro, es sano luchar contra esas olas que nos llevan a lugares oscuros que solamente nos traen daños dejándonos al final como unos erosionados acantilados.
1 comentario:
Me pregunto qué habrá inspirado esta publicación.
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